Como lo hemos venido realizando desde hace ya algunos años, durante la primavera el equipo COSTASALVAJE en compañía de Jan Chatten-Brown y Jack Brown, voluntarios originarios de San Diego California, USA y dos estudiantes de la carrera de Ciencias Ambientales en la Facultad de Ciencias Marinas de la UABC, realizamos un recorrido para el monitoreo de las tierras de conservación que se localizan sobre la costa occidental del Área de Protección de Flora y Fauna Valle de los Cirios.
Vista panorámica de las tierras de la COSTASALVAJE occidental de Valle de los Cirios.
Con estas personas, interesadas en la conservación y conocimiento de la naturaleza salvaje de una de las Áreas Naturales Protegidas más grandes de México, realizamos un recorrido partiendo de Ensenada con tiempo de traslado de 9 horas viajando sobre la carretera Federal No. 1 e interminables terracerías que surcan las tierras áridas de Valle de los Cirios y que acceden hacia la costa occidental.
En Valle de los Cirios, se protegen tierras áridas remotas con escasa población humana, se preservan paisajes, ecosistemas y vestigios culturales, casi intactos de la Península de Baja California. En estas tierras áridas predominan plantas adaptadas a la escasez de lluvias, siendo los misteriosos cirios (Fouquieria columnaris), el agave de la costa (Agave shawii) y cactus carnosos como el cardón (Pachycereus pringlei), pitajaya de Baja California (Stenocereus gummosus) y choyas (especies del género Cylindropuntia) las especies más comunes y representativas.
Una vez en la costa, establecimos nuestro campamento en un terreno que nos proporcionaba protección de los vientos que son frecuentes en la región pero, siempre manteniendo la vista hacia la hermosa inmensidad del Océano Pacífico para disfrutar del vaivén del oleaje. Las tierras silvestres de COSTASALVAJE se encuentran sobre la franja costera, con una marcada influencia de la fresca brisa marina que le otorga una agradable temperatura, generalmente templada de tipo mediterráneo, con frecuentes días con niebla matutina.
Vista de nuestro campamento y de la playa de la costa occidental de Valle de los Cirios.
Después de descansar del arduo viaje, por la mañana, cubiertos por una espesa capa de niebla, realizamos recorridos para monitorear el estado en que se encuentra la infraestructura de señalización que hemos instalado como parte de la estrategia de manejo y conservación que desarrollamos en las tierras. Asimismo, verificamos el funcionamiento de trampas-cámaras que operan permanentemente en la región y colectamos la información. Con estas trampas, buscamos obtener registros de las especies de fauna silvestre, particularmente mamíferos, que se distribuyen en la zona.
Revisando las cámaras-trampas.
Si bien, durante el recorrido sólo observamos coyotes (Canis latrans) y gran variedad de aves rapaces, como águilas pescadoras (Pandion haliaetus), aguililla cola roja (Buteo jamaicensis), aguililla rojinegra (Parabuteo unicinctus) y una gran cantidad de huellas de venado bura (Odocoileus hemionus), las cámaras-trampas nos sorprenden con un gran número de registros de venado bura, lince (Lynx rufus), liebre cola negra (Lepus californicus), conejos (Sylvilagus bachmanii y Sylvilagus audubonii), lo cual muestra una cadena trofica en equilibrio, con presencia de presas y depredadores.
El monitoreo de la vida silvestre a través de trampas-cámaras, nos permite conocer algunos hábitos de las diferentes especies. Capturamos que los venados bura de Valle de los Cirios, se alimentan de hongos silvestres que surgen después de las lluvias.
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