Todos x el manglar: estudiantes de secundaria trabajando por la conservación de manglares en Bahía Magdalena

Sin categorizar

Puerto San Carlos, en Bahía Magdalena (Baja California Sur), es una comunidad pesquera de poco más de 4,000 habitantes rodeada de extensos bosques de manglar.  Los servicios ambientales que brindan las 24,000 hectáreas de manglares presentes en Bahía Magdalena influyen tanto en la alta productividad pesquera (que representa el 70%  de las pesquerías del estado), como en la cantidad turistas que visitan esta comunidad cada año, convirtiéndolas en las 2 principales actividades económicas del puerto.  Aún así, este valioso ecosistema enfrenta serias amenazas debido al desarrollo mal planeado, la falta de infraestructura y servicios públicos (drenaje, colecta de basura) y a una falta de cultura de cuidado de los manglares y de los beneficios que aportan.



La comunidad de Puerto San Carlos, Bahía Magdalena, desde el aire.


La comunidad de Puerto San Carlos, Bahía Magdalena, desde el aire.


Conscientes de esta problemática, un grupo de 5 estudiantes entusiastas de la secundaria local, guiados por una maestra con mucha visión, se propusieron hacer algo al respecto. Incentivados por un concurso a nivel nacional llamado «Diseña el cambio» (en inglés, Design for chance), promovido en México por la Fundación Educaruno, desarrollaron el proyecto «Todos x el manglar». El objetivo del concurso es que los estudiantes identifiquen problemáticas en su localidad, imagen soluciones que les beneficien a ellos y a la comunidad a futuro, y realicen actividades que representen el cambio necesario para hacer frente al problema.

La profesora Nora Guadalupe Olivares y sus alumnos Francisco Cortéz, María de Jesús Aragón, Patricia Dalay Higuera, Olga Rosalía Barraza y Francisco de Jesús Ledesma nos compartieron su experiencia en una reunión dentro de su misma escuela.

Orgullosos, los 5 estudiantes portan la playera color verde brillante que mandaron hacer en honor al proyecto, con la leyenda Todos x el manglar. Sonríen nerviosos al presentarse y decirme que todos van en 2do año de secundaria. La profesora Nora comienza explicando que decidió involucrarse en el concurso debido a que, a la par, llevó un diplomado en línea que lleva el mismo nombre («Diseña el cambio»), por lo que estaría mejor preparada para asistir a los alumnos. María fue la primera en integrarse ya que ella, por invitación de la maestra, fue quien armó el equipo al invitar a los otros 4 compañeros.

Uno de los requisitos del concurso es presentar un video con los resultados del desarrollo del proyecto, el cual comprende cuatro fases: Siente, Piensa, Haz y Comparte.

Durante Siente, «los reuní y les hice ver la necesidad de observar su entorno para darse cuenta de aquello que no funcionaba bien o que representaba un problema, o que no se le estaba dando la importancia debida para que, en un momento dado pudieran decir: esto puede cambiar», señala la profesora Nora.



El equipo "Todos x el manglar"


El equipo «Todos x el manglar»


Los chicos, después de reunirse y discutir, decidieron que concentrarse en el fenómeno de la disminución de la producción pesquera y de mariscos en los últimos años y que afecta a la economía local. «Es un recurso [los mariscos] que ayuda al desarrollo económico», dice tímidamente Patricia. Los 5 jóvenes tenían muy claro que las pesquerías locales dependen de la salud de los manglares: «Cuándo éramos pequeños, algunos grupos [organizaciones conservacionistas] iban a nuestra escuela (…) ellos nos impartían pláticas sobre el manglar y lo hacían con frecuencia viendo que nosotros podíamos hacer el cambio…» nos compartió Francisco y añadió «Esto porque las personas grandes tienen sus costumbres y así viven ya». Finalmente, esta fase culminó con los jóvenes dándose cuenta de que la basura representaba una amenaza latente en los manglares, sobre todo «en los lugares cercanos a las casas que están a la orilla del pueblo, donde encontramos más basura», comenta María.

El objetivo, en palabras de  Jesús fue «(…) difundir la importancia de los manglares en la comunidad (…) esto es muy importante para la economía porque [la pesca] es la actividad principal, aquí en el puerto». Olga añadió: «incluso beneficia a la población cuando es temporada de huracanes porque es una de las principales [barreras] que nos protegen de las fuertes corrientes de aire y algunas mareas que pueden ser muy altas».

En la fase de Piensa, realizaron una investigación consultando en la biblioteca escolar y por internet y trataron de imaginarse de qué forma podían alcanzar el objetivo del proyecto. Así pudieron planear las actividades de la siguientes fases y cómo llevarlas a cabo. Durante la tercera fase, Haz, realizaron una práctica de siembra de 600 semillas de mangle junto a compañeros de la escuela y realizaron limpieza en algunas zonas cercanas a la comunidad. Finalmente, durante Comparte «trabajamos con niños de primaria con concursos de dibujo y realizamos diferentes actividades para informarles de nuestro proyecto» dijo Jesús. Los chicos tomaron fotografías durante todas sus actividades y un maestro de la escuela les ayudó editar este video:

Cuando les pregunté qué etapa les había gustado, sus respuestas revelan algo de su personalidad pero dejan muy claro una pasión por lo que hicieron. A Jesús y a María les gustó la fase de Haz porque en palabras de esta última «fue cuando ayudamos más al manglar al sembrar semillas». Patricia nos dijo que fue la fase de Comparte la que más disfrutó porque «pudimos convivir con los niños de preescolar, primaria y secundaria. Hicimos una actividad de hacer una figura con botellas verdes [de plástico PET]… el concurso de dibujo y entregar los premios a los ganadores». Para Olga fue una combinación de Haz y Comparte, «en Haz, porque pudimos convivir más con nuestros compañeros y realizar diferentes actividades que fueron entretenidas y además ayudábamos a una buena causa. Comparte porque pudimos promover nuestro proyecto y que se dieran cuenta de la importancia del manglar.» Francisco lo resumió muy bien al decir: «Todas me gustaron porque todas estaban relacionadas».

El esfuerzo de este gran equipo valió la pena: de casi 5,000 proyectos sometidos a nivel nacional, fueron uno de los 25 proyectos ganadores. En septiembre viajan a Monterrey para participar en un intercambio de experiencias con los otros 24 equipos ganadores. Sin duda, un premio bien merecido y una aventura que les dejará mucho aprendizaje.



Vista de la página de internet del concurso "Diseña el cambio" donde aparece como ganador el proyecto "Todos x el manglar"


Vista de la página de internet del concurso «Diseña el cambio» donde aparece como ganador el proyecto «Todos x el manglar»


Cuando les pregunto cómo recibieron la noticia de que habían ganado, se ríen todos al unísono. La profesora Norma confiesa: «cuando sometimos el proyecto, poco después enviaron una confirmación de recibido junto a otros casi 5,000 proyectos que entraron…prácticamente era una aguja en un pajar, pero valía la pena intentarlo, vamos a hacer un buen papel, pensé». Entre risas de todos dice: «No lo podíamos creer, estábamos separados todos [conectados en línea], pero a la vez todos juntos, gritando como locos». «Todos nos vinimos a la escuela con la camiseta otra vez, y al día siguiente también» dice Patricia por encima de las risas de los demás.

Sus familias tampoco lo creían, pero una vez que la noticia se asentó los felicitaron a ellos a sus compañeros. Obviamente, todos están orgullosos de ellos. Jesús nos dice que su mamá «estaba muy emocionada porque le conté que eran 5,000 proyectos». A María al principio no le creyeron, «mi mamá me dijo que esperara a que hablara con la maestra al día siguiente para confirmar y ya que le dije que sí había pasado, se puso muy feliz». Patricia y Olga le hablaron a toda su familia durante la noche «todos me felicitaron y mandaron felicitaciones a mis compañeros». Francisco dijo «me felicitaron mucho a mí y al equipo porque somos muy jóvenes y es un gran logro».

Al preguntarles sobre el aprendizaje que tuvieron de esta experiencia (además de ya ser todos unos expertos en los servicios ambientales de los manglares), una vez más, sus respuestas me sorprenden. «Primeramente, a querer más el ambiente porque es una parte importante de nuestra vida y de nuestra cultura.» confiesa Jesús.  María tiene un punto de visto algo diferente: «Personalmente, fue a no rendirnos porque siempre trabajamos con ánimos». Patricia confía en que hayan sido los jueces quienes aprendieron algo también: «(..)si los jueces se quedaron impresionados [porque los eligieron], se podría decir que miraron muy importante el significado de nuestro proyecto». Olga añadió «(…)aprendí más sobre el trabajo en equipo porque cuando nos reuníamos a hacer investigaciones o entrevistas, todos nos apoyábamos un poco. Finalmente, Francisco comparte «Como teníamos mucho entusiasmo, aprendimos sobre el compañerismo» ya que debían continuar con sus labores escolares y en casa como de costumbre y el que todos hicieron el colaboraran, lo hacía más fácil.

Al final, todos coinciden en lo que debe seguir al regresar de Monterrey, pero Patricia parece haberlo puesto con mejores palabras «Sigue otra nueva etapa, pero no es nueva, porque debemos seguir compartiendo, seguir imaginando, seguir diciéndole a los demás que no saben, compartiendo la importancia y seguir participando. Que si vemos a alguien tirar la basura decirle que no debe hacerlo porque es importante cuidar el ambiente, o no talar los manglares, decirles que no lo hagan ni hacerlo nosotros, contagiar también nuestros familiares.»

El equipo ha accedido a unirse a la campaña #mangleESvida en donde COSTASALVAJE busca conservar 61 millas de línea de costa con manglares en Bahía Magdalena. En las comunidades de este importante humedal costero, estamos llevando a cabo difusión de los servicios ambientales de los manglares a través de pláticas a líderes locales y grupos organizados, y en las escuelas en los 3 niveles educativos. Ellos ya son parte del cambio. Su visión de los recursos naturales de su comunidad es parte de nuestra misión de conservación. Tomemos su ejemplo y seamos líderes de la conservación en nuestra comunidad.



En el sentido de las manecillas del reloj: Francisco, Jesús, Olga, Patricia y María.


En el sentido de las manecillas del reloj: Francisco, Jesús, Olga, Patricia y María.


-Mónica Franco