“A veces, creo que el punto de hacer avistamiento de aves no es ver a las aves, sino cultivar la paciencia. Claro que cada vez que salimos hay ciertas expectativas de que habrá algo, tal vez una especie que nunca hemos visto antes, y que esto nos llenará con luz. Pero incluso si no vemos nada sobresaliente (porque a veces eso pasa), de todos modos regresamos llenos de luz.”
-Lynn Thomson, autora de Birding with Yeats: A mother’s memoir.
Chara azuleja en Bahía Magdalena, Baja California Sur. Foto: Claudio Contreras-Koob.
Usualmente, cuando le pregunto a alguien si conoce Bahía Magdalena y me responde que sí, la conversación termina siendo sobre ballenas grises, la comida deliciosa o la pesca deportiva. Pero muy pocos saben que hacer avistamiento de aves es una opción disponible todo el año.
La diversidad de ecosistemas en la bahía y su alta productividad pesquera, propician la alta presencia de aves. Puedes encontrarlas mientras navegas tranquilamente en uno de los cientos de canales; o si paseas por una de las playas arenosas; si haces una caminata por los cerros de alguna de sus isla; o incluso si vas por la carretera que lleva a alguna de sus comunidades costeras.
Diferentes ecosistemas de Bahía Magdalena: bosques de manglar, dunas y montañas. Foto: Ralph Lee Hopkins con apoyo aéreo de Lighthawk.
Y es que con 80 especies presentes de aves a lo largo del año y 24,000 hectáreas de manglares, no ver aves en Bahía Magdalena es casi imposible. De hecho, una zona de este complejo lagunar es un Área de Importancia para la Conservación de Aves (AICA), una clasificación propuesta por BirdLife International. El AICA de Bahía Magdalena es categoría 4 porque presenta una población de aves congregatorias, en este caso de la branta negra del Pacífico (Branta bernicla) para su período de anidación.
Fragatas sobre el manglar de Bahía Magdalena. Foto: Claudio Contreras-Koob
Garza rojiza en Bahía Magdalena. Foto: Claudio Contreras-Koob.
Garza tricolor en Bahía Magdalena. Foto: Clauido Contreras-Koob.
Una de las estrategias para alcanzar nuestra misión de conservación en Bahía Magdalena, es empoderar a las comunidades y aumentar sus capacidades para realizar actividades económicas no extractivas. Aunque el avistamiento de aves sí se realiza en Bahía Magdalena, es a una escala muy pequeña y de forma esporádica, por lo que es necesario ampliar la oferta del servicio para que el aprovechamiento no extractivo de este recurso natural alcance todo su potencial.
Con esto en mente, COSTASALVAJE, con el apoyo de la academia y gracias al interés mostrado por un grupo de locales, organizó el Taller de avistamiento de aves en la comunidad de Puerto Adolfo López Mateos (PALM) en Bahía Magdalena. El Dr. Eduardo Palacios, investigador del Centro de Investigación y Estudios Superiores de Ensenada, fue el encargado de dar la capacitación al grupo de 15 habitantes de la comunidad, el cual incluyó a 4 estudiantes de preparatoria.
Durante el primer día del taller los asistentes aprendieron sobre biología básica de aves y la forma utilizar las guías de identificación. Al día siguiente, se instalaron en la playa 3 telescopios para practicar el uso de las guías y después se realizó una navegación por el estero.
Participantes del taller exploran las guías de identificación de aves.
Participantes identificando aves en el muelle de Puerto Adolfo López Mateos, Bahía Magdalena.
Mientras hacíamos el recorrido en embarcación, los asistentes observaron, identificaron y compartieron su conocimiento sobre aves. Pronto me encontré en un ambiente relajado, en el que entre bromas se hablaba de avistamientos anteriores, sitios históricos de distribución y experiencias llevando a turistas canadienses en busca de especies difíciles de ver. Me sorprendió gratamente ver a los asistentes tan comprometidos con la identificación. Pero lo mejor fue ver su cara de triunfo al lograr identificar a alguna de las aves que vimos.
El siguiente paso es mantener el interés despierto entre los locales. Queremos que elaboren sus bitácoras de avistamiento para que tengan registros que incluyan la especie y la época del año de los lugares en donde encuentren aves. Esto les ayudará a mejorar el potencial servicio turístico que puedan prestar a visitantes.
Agradecemos profundamente al Dr. Eduardo Palacios y a Edgar Santiago Amador, expertos en aves de la región que fueron excelentes maestros para el grupo. De igual forma, al Sonoran Joint Venture cuya donación de guías a COSTASALVAJE y el financiamiento al proyecto que el Dr. Palacios dirige, hizo posible que todos los participantes tuvieran la oportunidad de aprender a utilizarlas. Cuatro de estas guías fueron donadas a la biblioteca de la comunidad para que todos tuvieran acceso a ellas. Y por supuesto, felicitamos a los participantes por su compromiso e iniciativa durante el transcurso del taller.
Los asistentes, con el Dr. Eduardo Palacios y la coordinadora de Costasalvaje (segundos de izq. a der.), al final de la capacitación.
Si estás planeando una visita a Bahía Magdalena considera seriamente ir a ver aves. Se puede navegar en kayak o paddle board en los canales para buscarlas; o puedes ir a verlas a una zona de playa y aprovechar para pasar el día ahí. Ver aves es una experiencia entretenida que es amigable con el ambiente pues no causa impactos ambientales y, además, impulsa el desarrollo de actividades económicas que permiten el uso sustentable de los recursos naturales.
Ostreros americanos captados en una playa de Bahía Magdalena. Foto: Claudio Contreras-Koob.
-Mónica Franco
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