Integrarme al equipo de COSTASALVAJE en plena temporada de avistamiento de la ballena gris trabajando en un lugar como Bahía Magdalena, supera todas mis expectativas. La misión de COSTASALVAJE de conservar ecosistemas costeros y marinos y su vida silvestre a través del desarrollo comunitario (junto con otras herramientas), es el sueño de conservacionistas que, como yo, han sido inspirados por la maravillosa biodiversidad de sitios como Bahía Magdalena.
Supe que quería ser bióloga desde que era una adolescente. De niña, me gustaba mucho ver documentales de animales pero mis favoritos eran los de ballenas y delfines. En la Universidad, tuve la oportunidad de vivir en las Islas Canarias (España) trabajando con un equipo de veterinarios que atendía varamientos de cetáceos y durante la maestría trabajé en las islas del Pacífico en Baja California con lobos marinos y focas. Pero nada de eso había satisfecho mi gusto por la conservación de mamíferos marinos y mi necesidad de aportar algo a la sociedad.
Así que me emociona comenzar a trabajar con la gente de las comunidades de Bahía Magdalena. Aunque se ha avanzado en muchos aspectos, el que la Bahía no sea un Área Natural Protegida implica que los esfuerzos deben redoblarse para proteger a estos imponentes y a la vez vulnerables cetáceos. El trabajo comunitario es clave, pues son los habitantes de Puerto San Carlos, Puerto Adolfo López Mateos y las Islas los protagonistas para la conservación de los recursos naturales presentes.
Cría de ballena gris en Puerto López Mateos, B.C.S.
Es por ello que finalmente las ballenas grises están teniendo suerte. Sus anfitriones, es decir, los habitantes de los lugares a donde llega cada año a dar a luz y reproducirse, están influenciados por su compañía y eso los ha motivado a participar y unir esfuerzos para su protección. Por si esto fuera poco, su imponente presencia en estos tranquilos y prácticamente prístinos lugares, además de su carisma, inspira a muchos visitantes que han tenido la oportunidad de verlas de cerca a jugar un papel más activo en pro de la conservación de ésta y otras especies y lugares del planeta.
No te pierdas la oportunidad de ir a verlas. Te reto a tratar de imaginarte la dimensión que tienen mientras estás en la panga. Escucha un soplo y mientras te giras sobre ti mismo para ver de dónde provino, ve de reojo como otro ejemplar saca la cola. Si tienes suerte y alguna se acerca (ver “¿Cómo ser un eco-turista comprometido?”) trata de no sentir empatía y compasión por un animal que no desconfía de los humanos cuando está a merced de todas las agresiones que cometemos contra él y el océano en donde vive. No intentes resistirte. Déjate inspirar por las ballenas grises de Bahía Magdalena para hacer algo a favor de la conservación de nuestro Planeta.
-Mónica Franco
Madre y cría de ballena gris. Foto: Eric D. Zimmerman
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